Muchas veces nos preguntamos cual es la leña más adecuada a la hora de hacer un buen asado, y hoy vamos a daros algunos datos que os podrán servir como guía.
Lo primero que tenemos que tener en cuenta es el color de la misma, si esta verde o recién cortada no nos servirá para nuestro propósito, o dicho de otro modo, la mejor leña es la que esta seca y troceada con una periodicidad de más de un año o un verano secada al sol. Pero si el secado de la leña es importante, el tipo que usemos también.
Existen dos tipos de leña, la blanda y la dura, y ambas poseen características muy distintas. Entre estas, hemos de elegir la dura. LA leña de encina, carrasca y olivo destacan en este grupo por su gran dureza, lo que les aporta una larga duración y consistencia. Estas cualidades la convierten en una leña de larga duración pues provocan mucha llama, sus brasas son abundantes, ideal para cocinar.
También cabe destacar las leñas de almendro, roble, algarrobo y naranjo dentro del grupo de las duras.
El grupo de las leñas blandas se caracterizan por ser de baja calidad, duran poco y no poseen un gran poder calorífico, por lo que sus brasas son inconsistentes. Suelen ser arboles frutales. El resultado es, que si quieres conseguir una leña adecuada, te decantes por leñas duras y secas.